Domiciliación bancaria: concepto, recibos y adeudos

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Concepto de domiciliación bancaria

La domiciliación bancaria consiste en autorizar al banco para que cargue un recibo en tu cuenta directamente.

Tener una viviendo significa pagar recibos. Los más comunes son la factura de la luz, internet, la factura del agua… Y cuando tienes que realizar cada mes los mismos pagos resulta mucho más cómodo domiciliar esos recibos. Así, autorizas al banco para que adeude esos gastos directamente en tu cuenta bancaria. Normalmente suelen ser periódicos, es decir, mensuales, trimestrales, etc.

La domiciliación no solo vale para pagar las facturas de nuestra casa, sino que puedes pagar de forma automática domiciliando todo tipo de gastos. Por ejemplo, la cuota mensual del gimnasio, la cuota trimestral del colegio, la academia de inglés, el seguro del coche o el recibo del teléfono móvil.

Recibos y adeudos

Ahora que ya sabes qué es una domiciliación bancaria, te explicamos otros dos términos que van de la mano: recibos y adeudos.

Recibos, ¿qué son exactamente?

Un recibo es un documento que emite el acreedor (la persona a la que le pagas) en el que figura la cantidad pagada por un producto o un servicio, así como la persona a la que va dirigida el recibo y tiene que pagarlo, es decir, el deudor.

Adeudo bancario

El adeudo es una orden de pago que das al banco para que pague de forma automática y a través de tu cuenta bancaria ciertos gastos periódicos. Por lo tanto, a modo de conclusión, podemos decir que una domiciliación y un adeudo son sinónimos.

Ejemplo de domiciliación bancaria

Marta acaba de apuntarse a clases de baile. Cada mes tendrá que abonar a su profesor 25 euros por las clases. Para no olvidarse y, además, para que le resulte más cómodo, Marta ha decidido domiciliar el pago de las clases. Así, el profesor pasará el recibo al banco y este le pagará a través de la cuenta bancaria de Marta, quien ya autorizó a su entidad para hacerlo.

Recuerda que los contenidos de este blog tienen carácter informativo. Cualquier actuación motivada por su contenido o por la interpretación de las normas a las que hace referencia deberá ser analizada de forma específica teniendo en cuenta la situación particular de que se trate.

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