Hacer un presupuesto no es tarea fácil, pero hacerlo cuando no se tiene una nómina fija y no sabes cuándo entrarán los próximos ingresos, es aún más complicado. Si cobras por comisiones, por temporadas o por proyectos, tienes ingresos variables. En este escenario, en vez de adivinar cuándo será el próximo cobro, es mejor crear un sistema sencillo que te permita pagar lo importante a tiempo y mantener el gasto bajo control. Te contamos cómo hacer un presupuesto con ingresos variables paso a paso.
- Cómo es vivir con ingresos variables
- Cómo gestionar un presupuesto con ingresos variables
- Ejemplo de presupuesto con ingresos variables
Cómo es vivir con ingresos variables
Vivir con ingresos variables significa que el dinero no entra de forma regular. Un mes puedes recibir varios ingresos y al mes siguiente ninguno. Esa incertidumbre obliga a cambiar el enfoque a la hora de hacer un presupuesto. La prioridad es ordenar y separar el dinero en cuanto entra, y no tanto por la influencia de si es el primer o el último día del mes.
El problema principal de un presupuesto variable es que los gastos de alquiler, cuotas, recibos o deudas sí que tienen una fecha de cobro. Si el pago del alquiler es hasta el día 5, pero el próximo ingreso puede llegar el día 20, hay una diferencia que se debe cubrir. Por eso, es necesario apartar lo imprescindible, reservar para el futuro y fijar un tope de gasto para el día a día.
Cómo gestionar un presupuesto con ingresos variables
Para que funcione en el día a día, el presupuesto debe convertirse en una rutina que se repite cada vez que entra dinero. Como explican desde Mastercard, la clave es decidir por adelantado qué va primero y qué puede esperar, y mantener siempre el mismo orden. Así se evita improvisar, los pagos se hacen a tiempo y el gasto se ajusta al nivel de ingresos variable.
Cuánto es lo básico
Para empezar, es necesario tener una cifra clara de lo imprescindible: alquiler, luz, agua, gas, internet, móvil, transporte y compra. Esa suma mensual es el coste básico del hogar. Si queremos tener una referencia rápida de cuánto es el gasto semanal, solo hay que dividir ese total entre cuatro. Por ejemplo, si el mes suma 1.000 euros, la referencia semanal será de unos 250 euros. Si tienes ingresos variables, esta cifra sirve de guía para saber si el ritmo de gastos encaja con el dinero que va entrando.
Primero lo que se paga ahora
Toca priorizar los pagos con fecha cercana. Lo normal es que el dinero destinado a alquiler y facturas se separe del resto en cuanto hay saldo suficiente, porque así no se mezcla con el gasto del día a día. De este modo, los recibos se pagan puntuales aunque el siguiente ingreso tarde un poco.
Después, el mes siguiente
Ayuda mucho dejar adelantado algo del mes siguiente. Si el último ingreso es alto, puedes reservar el alquiler y las facturas del próximo mes. Si el ingreso es más ajustado, trata de reservar al menos el pago más grande.
Divide por semanas
Como mencionamos, cuando hay ingresos variables ayuda mucho dividir los gastos semana a semana. Si el gasto básico semanal es de 250 euros, y tienes una reserva de 1.500 euros, entonces tienes seis semanas de gastos básicos cubiertos. O también puedes decidir si es mejor destinar 500 euros a los gastos del alquiler del próximo mes, y mantienes una previsión de gastos básicos solo de cuatro semanas.
Pagos anuales
Aún con un presupuesto de ingresos variables es importante incluir los pagos anuales o semestrales (seguros, impuestos, etc.). Para evitar desajustar el presupuesto semanal, es mejor tratar de incluir mes a mes un pequeño ahorro para estos gastos, siempre que se pueda.
Si un mes no hay ingresos
También puede ocurrir que en un mes no entre dinero. Para estos casos, es necesario contar con una reserva básica que permita pagar alquiler y facturas. Trata de mantener los gastos de alimentación bajo control y planifica tu menú semanal para lograrlo. Cuando llegue el siguiente ingreso, siempre que puedas, completa nuevamente esa reserva o fondo de emergencia.
Cierre de mes
Si el gasto semanal siempre se queda corto, el límite puede estar demasiado bajo y es mejor ser realista con el presupuesto. Revisa cada mes para estar al día con los precios que pueden variar, por ejemplo, los precios de los alimentos, para ajustar los gastos semanales teniendo en cuenta esto.
Ejemplo de presupuesto con ingresos variables
A modo de ejemplo, si el gasto básico es de 1.300 euros al mes (unos 325 euros por semana), lo ideal es seguir un orden: primero se pagan los recibos y deudas (alquiler y facturas), se cubren los gastos semanales y, si es posible, se reserva una cantidad para el siguiente mes. Es decir, el plan no cambia, cambian las cifras.
Para que se vea claro, tenemos 600 euros de gastos prioritarios y diferentes ingresos variables.
- Ingreso de 700 euros. Primero se pagan los 600 euros. Quedan 100 euros y, con ese dinero, se cubre parte de la semana, como la compra y el transporte. Hasta el siguiente ingreso, el gasto diario se mantiene ajustado para no tocar el dinero reservado a pagos. Las apps de control de gastos personales son aliadas para tenerlo todo bajo control
- Ingreso de 1.300 euros. Una vez que se paguen los 600 euros base, quedan 700 euros. Con 325 euros se cubre la semana en curso y se pueden destinar los otros 375 euros para pagos prioritarios del próximo mes.
- Ingreso de 2.000 euros. Quedan 1.400 euros después de deducir los pagos prioritarios. Aquí se puede decidir si es mejor cubrir los gastos de 2 o 3 semanas y destinar el resto a pagos del próximo mes, o cubrir solamente una semana (por si entra algún ingreso inesperado) y reservar el resto.
Organizar correctamente un presupuesto cuando los ingresos no son fijos es imprescindible para llevar el mes con calma. Con un plan sencillo y preparado con tiempo, cada ingreso se reparte de la misma manera y los pagos se hacen el día que corresponde. Y con una cuenta bancaria, como la de ABANCA, seguir el plan resulta aún más fácil.
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