Deuda subordinada, ¿qué es?

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Existen múltiples formas de que una empresa consiga financiación. Una de las más habituales es la emisión de activos financieros: acciones, obligaciones… De este modo, las compañías reciben capital y se comprometen a devolver el dinero invertido junto con los intereses que generen. Y la emisión de deuda subordinada es uno de estos vehículos de financiación.

Definición de deuda subordinada

La deuda subordinada está formada por títulos de renta fija, es decir, aquellos en los que conoces de antemano el dinero e intereses que te van a devolver por prestar una cantidad. La característica principal de esta deuda es que ofrece una rentabilidad mayor que otras de renta fija a cambio de perder capacidad de cobro en caso de que la entidad quiebre o se vuelva insolvente. Además, el cobro de los intereses puede estar sujeto a que el banco alcance una cantidad de beneficios concreta o unos objetivos acordados de forma previa.

Pérdida de la capacidad de cobro

Esto significa que el dinero se irá devolviendo por orden de prelación, según la importancia que tengan los inversores. Primero se reembolsarán el dinero a las personas que tengan bonos, luego a los de deuda subordinada y, por último, a los accionistas.

Tipos de deuda subordinada

Existen tres tipos diferentes de deuda subordinada:

  • Deuda subordinada redimible. El dinero que has invertido se te devolverá en una fecha concreta que conocerás en el momento de tu inversión.
  • Deuda subordinada no redimible. En este caso, no hay una fecha de vencimiento y la deuda es perpetua.
  • Deuda convertible. Llegada una fecha determinada, el dinero invertido en deuda subordinada se devuelve en acciones.

¿Se pueden vender estos títulos?

Igual que ocurre con las acciones que se compran y se venden en las diferentes bolsas, la deuda subordinada también se puede comprar y vender en el mercado secundario de renta fija.

En este mercado es donde se hace la compraventa de los valores financieros que ya se habían emitido anteriormente en el mercado primario. Es decir, la primera vez que los títulos salen a la venta, lo hacen en el mercado primario. Luego, pasan a comprarse y a venderse en el mercado secundario.

 

Estos datos tienen finalidad informativa y no deben interpretarse en ningún caso como una recomendación de compra o venta, o de realización o cancelación de inversiones, ni puede servir como base de ningún tipo de decisión sobre inversiones actuales o futuras. ABANCA no se hace responsable de los perjuicios que pueda sufrir el inversor como consecuencia del uso de dicha información. El cliente es responsable de las decisiones de inversión que adopte y del uso que haga de la información proporcionada a tal efecto. Rentabilidades pasadas de las inversiones no garantizan rentabilidades futuras.

Recuerda que los contenidos de este blog tienen carácter informativo. Cualquier actuación motivada por su contenido o por la interpretación de las normas a las que hace referencia deberá ser analizada de forma específica teniendo en cuenta la situación particular de que se trate.

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