¿Qué son los precios psicológicos y cómo perjudican a nuestro bolsillo?

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¿Alguna vez te has preguntado por qué ciertos precios parecen más atractivos que otros? Ese es el efecto que los precios psicológicos causan en nuestra mente. Esta es una estrategia de marketing que busca influir en nuestras decisiones, dirigiéndonos hacia compras que a menudo no necesitamos, pero sentimos que no podemos dejar pasar. Los precios psicológicos apuntan a nuestro deseo de obtener la mejor oferta posible, a menudo llevándonos a compras impulsivas. Si quieres saber más sobre qué son y cómo están afectando a tu bolsillo, te contamos más a continuación. 

¿Qué son los precios psicológicos y por qué funcionan?

Un precio psicológico es una táctica donde los precios se establecen de manera que parezcan significativamente más bajos a primera vista, con el objetivo de impactar en el subconsciente del consumidor. 

Esta estrategia de precios psicológicos es efectiva, debido a la forma en que nuestro cerebro procesa la información numérica y cómo esto influye en nuestra percepción del valor. Como explica un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina, cuando vemos un precio, no lo analizamos solo como un número aislado, lo interpretamos en un contexto más amplio, a menudo comparándolo inconscientemente con otros precios o con lo que esperamos que algo cueste.

La forma en que procesamos estos números, en el contexto de la psicología de los precios, tiene un impacto emocional. Un precio que parece más bajo generalmente desencadena una respuesta emocional positiva, como la satisfacción que experimentamos al encontrar una buena oferta que nos permite ahorrar. Esto puede llevar a una decisión de compra impulsiva, basada en la percepción emocional del valor, en lugar de una evaluación racional del precio real. Es decir, percibimos una mejor oferta aunque la oferta no sea real, pero compramos igualmente porque creemos que sí.

Estrategia de precios psicológicos: ejemplos

Por ejemplo, un producto con un precio de 9.99 € en lugar de 10 € juega con la tendencia del cerebro humano de registrar el primer número y percibir el producto como más barato. Cuando vemos un precio que termina en .99, nuestro cerebro suele enfocarse en el primer número. Es decir, en el caso de 9.99, a pesar de que está a solo un céntimo de 10, generalmente lo percibimos como más barato porque nuestro cerebro se enfoca en el número “9” en lugar del “10”.

Este fenómeno se conoce como redondeo a la baja, donde tendemos a ignorar los dígitos menos significativos y nos quedamos con la impresión del primer número más grande. Como explica un estudio de la Red de Investigación en Ciencias Sociales, los precios que terminan en .99 no solo parecen más bajos, sino que también pueden ser percibidos como más justos o como ofertas especiales. Esto se debe a que culturalmente estamos condicionados a asociar estos precios con descuentos y ofertas. 

Estrategias más utilizadas

Las estrategias más utilizadas se centran en cómo se presentan los precios para influir en la percepción del consumidor. Estos son algunos ejemplos comunes y efectivos:

  • Precios encantadores. Como se mencionó, los precios que terminan en .99 o .95 son muy comunes. Por ejemplo, un artículo etiquetado como 19.99 € en lugar de 20 €. Esta técnica aprovecha el redondeo a la baja para hacer que el precio parezca mucho más bajo. En un supermercado, es común ver productos con precios como 1.95 €, que psicológicamente se sienten más cercanos a 1 € que a 2 €.
  • Comparación de precios. Esta estrategia implica colocar un producto más caro al lado de una opción más económica, haciendo que la opción más barata parezca una mejor oferta. Por ejemplo, en una tienda de electrodomésticos. Verás un televisor de alta gama junto a un modelo más básico. El objetivo es hacer que el modelo básico parezca más atractivo en precio.
  • Precios por paquete. Ofrecer un conjunto de productos a un precio que parece mejor que comprar cada artículo por separado. Por ejemplo, un pack de tres camisetas a 30 €. Puede parecer una mejor oferta que comprar cada una a 11 €, aunque el ahorro sea mínimo.
  • Descuentos por tiempo limitado. Estos son precios especiales que se ofrecen durante un período corto, lo que crea un sentido de urgencia. Por ejemplo, una venta de “solo este fin de semana” en una tienda de ropa. Puede llevar a hacer compras impulsivas, por el temor de perder la oportunidad de una oferta.
  • Efecto de anclaje. Las empresas establecen un precio inicial como “ancla” que los consumidores usan como referencia. Este precio de referencia influye en la percepción del consumidor sobre los precios siguientes. Por ejemplo, si un producto se ofrece inicialmente a un precio más alto y luego aparece a un precio más bajo, los consumidores pueden percibir el precio reducido como una mejor oferta debido al precio anclado (que era inicialmente más alto).
  • Precios de prestigio. En el extremo opuesto, algunos productos se etiquetan con precios más altos para transmitir calidad y exclusividad. Por ejemplo, los perfumes de lujo normalmente tienen precios elevados, lo que refuerza la percepción de su valor y estatus.

Cómo la estrategia de precio psicológico afecta a tu bolsillo

Como se puede intuir, la estrategia de precios psicológicos afecta a nuestras decisiones financieras y, por tanto, a nuestro bolsillo. Esta estrategia no solo trata de cómo se muestran los precios, sino de cómo la gente los ve, y eso puede hacer que se gaste más de lo que había pensado

Podemos sentir la tentación de comprar productos que acaban en .99, porque nos parece que es una buena oferta, aunque la realidad sea diferente. Eso puede hacer que compremos de forma continuada o en mayor cantidad, y al final, gastamos más de lo que queríamos. Estas tácticas de precios pueden provocar compras impulsivas, incrementando el gasto total del consumidor, afectando el presupuesto a largo plazo y evitando el ahorro

Aunque las tácticas de marketing de precios psicológicos son inevitables, es necesario ser conscientes de cómo pueden influir en nuestras decisiones de compra. Esta consciencia nos permite reconocer la manipulación detrás de los precios y, aunque no siempre podamos evitarla, nos ayuda a tomar decisiones más informadas y responsables. Al final, la clave es estar alerta y reflexionar sobre nuestras elecciones de consumo, protegiendo así nuestra salud financiera.

Recuerda que los contenidos de este blog tienen carácter informativo. Cualquier actuación motivada por su contenido o por la interpretación de las normas a las que hace referencia deberá ser analizada de forma específica teniendo en cuenta la situación particular de que se trate.

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