Antes de invertir en una empresa: cómo analizarla para comprar acciones

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Si quieres invertir en bolsa y te has fijado en una empresa en concreto, antes tienes que dedicar un tiempo a analizar cómo es el contexto en el que convive esa compañía, cómo se encuentra su salud financiera y cuándo es el mejor momento para invertir en una empresa y comprar acciones de la misma. Parece sencillo, pero es esencial realizar un análisis exhaustivo para asegurarte de que estás tomando una decisión de inversión de una manera informada.

A continuación, te dejamos una serie de indicaciones para que, antes de invertir en una empresa cotizada, tengas claro cómo analizarla para decidir comprar o no sus acciones. Lee atentamente nuestra guía para saber cómo analizar empresas para invertir en bolsa.

  1. ¿Por qué invertir en una empresa?
  2. ¿Cómo analizar una empresa?
  3. Técnicas de análisis
  4. Evaluación de la salud financiera
  5. Indicadores

¿Por qué invertir en una empresa?

Pueden darse varios factores por los que invertir en una empresa, pero siempre el principal es conseguir beneficios o, al menos, intentarlo y evitar perder parte o toda la inversión realizada por el camino. Para que tu inversión sea lo más certera posible, conviene detenerse a analizar, punto por punto, las técnicas de análisis de las que te puedes servir. Siempre teniendo en cuenta que las acciones no tienen una rentabilidad conocida ni predecible, y que las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Además hay que estar dispuesto a asumir un riesgo alto en la inversión, ya que cuando se invierte en acciones de una compañía se puede perder parte o incluso la totalidad de lo invertido.

El buen funcionamiento de una empresa no proviene solo de su éxito como compañía, sino de la atención que recae sobre el contexto socioeconómico que gira a su alrededor. Por tanto, es importante tener en cuenta que la evolución del precio de una acción no depende solo de la propia compañía, sino de factores como la evolución de los mercados, los tipos de interés, la inflación, etc.. Por ello, puede ocurrir que algunas compañías con buenos resultados en sus negocios no vean aumentar su valor en bolsa. Cuanta más información puedas obtener de los condicionantes que hay en el mercado, mejor identificarás las oportunidades y amenazas, y más acertado será tu análisis.

¿Cómo analizar una empresa? 

Ahora bien, no solo debes fijarte en el comportamiento de una empresa, también conviene tener en cuenta lo que dice el mercado. Una vez que te has fijado en una compañía, toca estudiarla de una forma más técnica.

Para aquellas empresas que cotizan en mercados de EE.UU. existe un informe llamado 10-K que te brinda una imagen detallada de su actividad durante un año. En él puedes conocer desde su modelo de negocio hasta su situación financiera.

Técnicas de análisis

Existen dos formas distintas de analizar el estado de una compañía. Si bien responden a diferentes escuelas de pensamiento,  son perfectamente complementarias:

  • Análisis fundamental: determina la situación de la compañía a través de sus cifras, las variables que la afectan y su situación en el sector en el que se desarrolla.
  • Análisis técnico: se basa en valores gráficos del pasado, como estadísticas del propio mercado, para intentar pronosticar cómo se moverán los precios de los activos en un futuro próximo.

La idea es servirte de un análisis amplio que te dé una perspectiva completa del estado de la empresa para decidir invertir en esas acciones o no.

Evaluación de la salud financiera

Es conveniente hacer una evaluación de la salud financiera de la empresa en la que quieres invertir, más allá de interpretar los datos que ellos comparten. Conocer la situación económica de una compañía te ayuda a comprobar si tiene capacidad para solventar riesgos imprevistos, afrontar cambios en el sector y seguir haciendo frente a sus obligaciones. 

El estado financiero de una empresa puede verse reflejado a través de tres términos claves, que conviene que conozcas:

Estudio de balances

El balance permite ver los ingresos y beneficios que tiene una empresa, determinar su nivel de deuda y evaluar su solidez financiera. En él puedes observar los activos, pasivos y el patrimonio neto en un momento dado. Este estudio permite tomar medidas y controlar las áreas que perjudiquen la salud financiera de la compañía.

Estados de resultados

El estado de resultados determina la situación económica de la empresa y su evolución teniendo en cuenta los ingresos y gastos. Además, te permite conocer cómo se está desarrollando el negocio y el beneficio neto que presenta la empresa.

Flujo de caja

Si quieres conocer cómo se está desarrollando una empresa, tienes que hacer esta operación

Flujo de caja= Beneficios netos + Amortizaciones + Provisiones

Analizar el flujo de caja resulta fundamental para saber el efectivo real de la actividad comercial.

Indicadores

Con todo esto, ya puedes hacerte una idea de cómo analizar una empresa para poder decidir si consideras que es una buena opción invertir en ella o no. Eso sí, al margen de su estado financiero, siempre hay que tener en cuenta ciertos indicadores que te ayudan a tomar decisiones informadas y reducir el riesgo de incurrir en pérdidas. Entre ellos tenemos:

  • Rentabilidad. A pesar de que puedan asumir no ser inversiones rentables durante un periodo de tiempo, todas las empresas buscan serlo, sobre todo a largo plazo. Este parámetro se encarga de medir la capacidad de una empresa para generar ganancias

Para medir la rentabilidad de una empresa debes conocer el margen neto, que se calcula dividiendo el beneficio neto entre las ventas, sin contar impuestos. Con este indicador se puede establecer una relación entre las ganancias e ingresos totales.

  • Endeudamiento. En las cuentas de la empresa puedes comprobar cuánto depende de sus deudas para poder crecer. Esta es una tasa que no siempre tiene que ver con el precio de la acción, pero sí con la fortaleza general de la empresa. 

Para medir el endeudamiento puedes dividir las deudas entre los fondos propios de la compañía. Cuanto menor sea este ratio, menos endeudada se encuentra la empresa.

  • Liquidez. Aunque una compañía habitualmente se fija en el largo plazo para buscar rentabilidad, el primer objetivo de una empresa es mantenerse en el corto plazo. Ahí entra en juego la liquidez, que hace referencia a la cantidad de activos que se pueden convertir en efectivo a corto plazo para dar respuesta a los gastos.

Si deseas medir la liquidez tienes que dividir el activo circulante entre las deudas a corto plazo. Para entender en profundidad cómo se calcula, pásate mejor por nuestro artículo dedicado al ratio de liquidez de una empresa.

  • Crecimiento de ingresos. Se trata de una comparativa que te ayuda a evaluar el crecimiento, en períodos determinados de tiempo, de la empresa que estás analizando. Eso sí, ten en cuenta que se calculan los ingresos, no los beneficios, así que no se tienen en cuenta asuntos tan determinantes como los gastos. 

Para medir la tasa de crecimiento de ingresos, resta los ingresos del primer mes a los del segundo. Divide el resultado entre los ingresos del primer mes y luego multiplica por 100. Así lo conviertes en un porcentaje para evaluar el progreso.

Por último, recuerda que las acciones no tienen plazo de vencimiento, por lo que la inversión solo puede deshacerse mediante la venta de las mismas.

Ahora que ya tienes un amplio conocimiento sobre las cuestiones a tener en cuenta antes de hacer una inversión, te recomendamos que le eches un vistazo a nuestro artículo que responde a la pregunta sobre: ¿qué tipo de ingresos tengo que registrar en mis libros contables y fiscales?. Recuerda que contar con un asesor con experiencia financiera te puede ser útil a la hora de invertir. En ABANCA, contamos con personal especializado que puede ayudarte a crear una cartera de inversión equilibrada desde cero o aconsejarte si ya tienes una.

Estos datos tienen finalidad informativa y no deben interpretarse en ningún caso como una recomendación de compra o venta, o de realización o cancelación de inversiones, ni puede servir como base de ningún tipo de decisión sobre inversiones actuales o futuras. ABANCA no se hace responsable de los perjuicios que pueda sufrir el inversor como consecuencia del uso de dicha información. El cliente es responsable de las decisiones de inversión que adopte y del uso que haga de la información proporcionada a tal efecto. Rentabilidades pasadas de las inversiones no garantizan rentabilidades futuras.

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